sábado, 5 de mayo de 2012

El viejo lobo de las barbas blancas

Cuando el puerto de Buenos Aires era un puerto en serio, con bodegones para marineros y planchadas de embarque donde se podían ver los más extraños personajes que iban y volvían del mar trayendo su silencio y su piel curtida, un joven de diecinueve años, al que le gustaba escribir, solía visitarlo para ver maravillas que ahora han sido destruidas por gente que por tener plata confunden belleza con confort. En aquel puerto este joven vio a un hombre entrado en años vagando entre las barcazas semihundidas y le inventó una historia. Esto fue ayer, o hace cuarenta años , que es lo mismo. Este es  el poema-cuento que cuento en el epectáculo Cuentos Descontados.

El viejo lobo de las barbas blancas.

Tu sonrisa quedó dibujada en el tiempo, muy atrás, cuando la pesca era buena.
Tus botas gastadas hacen crujir las pasarelas.
Tus pantalones anchos te caen de la cintura como se cayó tu esperanza de otra época.
Tu camisa rota y tu chaqueta pintan sin color las ilusiones muertas.
Y por fin, de la cara, surgen las largas barbas blancas, como una vez surgieron inquietudes que hoy no existen. Porque vos también fuiste joven, lobo de mar de aguas desiertas.
Vos también tuviste diecinueve y soñaste alguna vez con barcas de pescados repletas.
Pedías tan poco.
Solamente una red y un río largo, para desafiar tormentas.
Y fue tanto lo que esperaste, que el tiempo pasó y no te diste cuenta.
Y hoy en el muelle del recuerdo, te subís a un barco y soltás las velas y echás a volar tus barbas blancas y el viento del mar te las ondea.
Y tu mirada dura se humedece.
Y el frío las manos te congela.
Y ahora que caminas muy despacio se oye el rumor de aquellos que asombrados ven brillar a tu larga y blanca cabellera, mientras se escucha una voz que por lo bajo dice: “Ahí va el viejo de la cara ‘e piedra”.
Pero nadie entiende, viejo lobo de las barbas blancas, que a tu sonrisa se la llevó la pena.

                                                              Juan Pedro Mc. Loughlin (1972)

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