martes, 21 de abril de 2020


El detective Pipa González ha debido guardar su pipa y colgar su piloto. No puede recibir la visita de sus jóvenes clientes y no puede percibir el pago por sus servicios en golosinas y caramelos. Esta pandemia lo encuentra como personal no imprescindible. Ve muy lejos que su lugar natural, las escuelas, sean reabiertas. Solo espera pacientemente en aislamiento. Revisa el fichero con sus casos y asea su oficina. Solo le queda esperar y aprender que esta vez no es el  que puede aportar la solución. Sale todas las noches a las 21 hs. a apaludir a los verdaderos protagonistas. Y es tan cuidadoso que sale al balcón con barbijo.