lunes, 24 de diciembre de 2012

Dedicate esta noche. Es tuya.


Dedicate esta noche. Es tuya.
Aunque aquí en Buenos Aires los más de 41 de sensación térmica te hayan aplastado  contra la vereda si anduviste haciendo compras durante el día.
Dedicate esta noche y autografiátela. Que sea tuya más que nunca, ya sea que la vivas en un restaurante colmado de personas o al lado de una radio . No importa donde estés si estás con vos misma o con vos mismo.
Dedicate esta noche y será tuya si no te escondés en la estridencia, en el ruido, en el parloteo de la gente o el locutor de la tele.
A lo mejor  te toca estar con gente que no ves en todo el año, o tengas la suerte de estar rodeado totalmente de personas que querés y que te quiere.
Dedicate esta noche y no trates de disimular el dolor que puede aparecerte por aquellos que ya no están en la mesa. Traé  un buen recuerdo de aquella persona y disfruta aquel momento compartido.
No se si tu mesa desbordará de alimentos de otro hemisferio o estará  bastante raleada. En el primer caso tratá de no abusar   ( por tu salud te lo digo) y en el segundo saboreá ese poco, sobre todo si enfrente hay alguien con quien compartirlo.
Dedicátela igual aunque  llegués  a la noche destrozada o destrozado por haber corrido por negocios, comprando regalos o abalanzándote sobre las góndolas  que repiten en serie los mismos productos, tomate cinco minutos antes de las doce y animate con una sonrisa. En la mesa hay mucha gente que saboreará tu esfuerzo.
Y si hay chicos, lo más lindo de las fiestas, sentite privilegiada o privilegiado. Estás en la primera fila del disfrute.
Dedicate esta noche. Es completamente tuya . Pero no pierdas de vista lo que estamos recordando. Hace más o menos dos mil doce años años hubo una pareja que necesitaba un lugar para tener su hijo y todos estaban tan ocupados o temerosos que tuvieron que tenerlo en un lugar para animales. Que no te engañe el bonito pesebre que quizás armaste para la fecha. Ese tal Jesús nació en un lugar donde había mucho olor a bosta. Esto es histórico, ya si ese niño era Dios o no corre por cuenta de tu fe.
No significa que tenés que buscar un pobre y llevarlo a tu mesa. Solo te servirá  para recobrar el sentido de la Navidad, creas o no en ella. Y es algo que casi se ha olvidado,  celebrar la llegada de una vida supera cualquier contrariedad . No importa tanto si creés o no si en aquel entonces había nacido un Salvador, pero sí está certificado históricamente que un padre y una madre tuvieron la inmensa alegría de recibir a un hijo sin importarle el entorno. Al contrario, estaban bien acompañados por los animales del establo. Y en ese momento los hombres estuvieron ausentes.
Dedicate esta noche que será buena si aún rodeado de personas sentís en un momento un toque de soledad. Es saludable. Te recuerda que siempre estarás solo o sola y que tu decisión es compartir con otros o no.
Esta noche no estaré en las trincheras. La pasaré con mi familia. Y me dejaré conducir por los caminos que mis tres hijos elijan recorrer con sus humoradas y sus juegos.
Dedicate esta noche. Es tuya. No es obligatorio festejar la Noche Buena pero sí es necesario que dondequiera que estés  lo hayas decidido vos. Y estando con vos misma o con vos mismo te prestes a un nuevo nacimiento. A continuar  o a empezar a vivir una Buena Vida.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Una caricia para seguir adelante.

Cuando se reciben estos mensajes uno sabe que vale la alegría seguir adelante. No sé quien es, no sé en que momento de la vida nos cruzamos pero sé que me da fuerzas para seguir escribiendo

Hola Juan Pedro!!!
Me encantaron tus dos libros con el Pipa Gonzalez, los habre lido como 10 veces cada uno, guardan un especial lugar en mi estanteria... de ahi empecé a descubrir a Agatha Christie, desp a Asimov, y no puedo parar de leer un libro por semana cuando la facu y el laburo me lo permite.
Estuviste presente en una mini feria del libro que se hizo en mi colegio, y pudiste firmarme mi ejemplar de El Increible Robo...
La verdad sos un genio, gracias por todo y tantas horas de hermosa lectura. Un abrazo gigante